El cuento de los 6 millones de judíos gaseados comenzó a ser fabricado por el israelita Dmitri Poliakov, partiendo de las declaraciones del Dr. Wilhem Hoettly y de Dieter Von Wisliceny, quienes dieron informes sobre "evacuaciones", "emigraciones", "decrecimiento del judaísmo europeo", etc. Poliakov barajó estos términos y a todos les dio la acepción de "liquidación". Echó a rodar la bola y luego otros le fueron agregando dramáticos retoques, el embuste fue difundido mundialmente por las agencias internacionales de prensa. Antes de la guerra había 6 millones de judíos en toda Europa, y de haber sido asesinados 6 millones no habría quedado ni uno. Todo esto tiene por objetivo desplegar una enorme cortina de compasión hacia los hebreos para encubrir los móviles políticos de sus jefes internacionales, un recurso publicitario, un fantasmón contra todo intento de poner en claro los móviles ocultos del movimiento político israelita.