Para nuestros tiempos, toca aclarar el término. Pues no es cosa de estar armado solamente, o ser portador de un arma.
Puedes traer una super ametralladora, con el detalle de que la batalla vaya a se debajo del mar, por dar un ejemplo.
Hablamos de las armas de Dios, y de las armas que Dios sabe que necesitas para tu batalla de todos los días y de tu llamado.
Siendo que algunas de ellas ni parecen armas a primera vista, como sería el tema de la oración, por ejemplo.
La orden y el consejo están dados… ármate, pídele al Espíritu Santo que sea Él Quién te arme.