No era "ninguna sorpresa" que jóvenes americanos fueran asesinados por los rojos, de los 12.000 capturados por los comunistas solo figuraban 3.198 como supervivientes, lo que no fue un motivo de escándalo y fue silenciado rápidamente por Roosevelt, no constituyó un crimen contra la humanidad. Pero lo que sí constituía un motivo de sorpresa, de escandalo, de gritería y de agitación mundial era que Hitler molestara a alguno de los miembros del pueblo que se cree elegido para el dominio del mundo. Cuando no se trata de ellos (seres superiores) sino simplemente de cristianos, confucianos y budistas, no hay crímenes contra la humanidad, ni sorpresa alguna, ni bochorno porque esas cosas ocurran en pleno siglo XX.