Entre los valiosos testimonios que dejó en su diario James V. Forrestal, secretario de la Defensa de Estados Unidos en 1947, figura el de haber presenciado cómo los israelitas deslizan ocultos representantes suyos en los dos bandos de cualquier lucha política. Así aseguran infaliblemente un punto de apoyo para sus intereses. Los partidos demócrata y republicano de Estados Unidos son un buen ejemplo. Por otra parte, aunque la influencia de los cómplices del marxismo es muy grande dentro de la maquinaria política y económica de Estados Unidos, SU DOMINIO NO ES TOTAL, pues tropiezan con creciente resistencia en el Ejército, la Marina, la Aviación, el Senado, el FBI y una nueva opinión pública norteamericana que está tomando conciencia de que se le ha venido traicionando.