El grupo judío Rothschild, junto con poderosas logias masónicas y monopolios plutocráticos integra un mando secreto llamado Sinarquía. Este mando tiene por objeto tender redes de una presunta "tercera posición" para atraer a países occidentales hacia una gradual identificación con el marxismo, e incluso para deformar a la iglesia católica y trata de diluirla en un "nuevo catolicismo" que vaya rompiendo la tradición de dos mil años y que en vez de ser valladar ante el sueño judío de dominación mundial se convierta en auxiliar suyo.