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2 de diciembre –
ARMADURA DE LUZ
Romanos 13:12 (RVC)
«Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y revistámonos con las armas de la luz.»
Imagina que entras a un museo de historia antigua. Caminas por pasillos que muestran cómo vivía la gente hace siglos. Finalmente, llegas a la sección militar. Allí ves armaduras antiguas, usadas por soldados romanos. Te sientas frente a una de ellas y la observas con atención. Esa armadura no era para descansar. Era para la batalla.
Ahora, viaja en el tiempo. Observa a un soldado romano preparándose. Se pone cada pieza con cuidado. ¿Por qué? Porque sabe que no puede darse el lujo de bajar la guardia. Está por entrar en combate.
Tú y yo también estamos en una batalla. No contra personas, sino contra el pecado, el diablo y las tentaciones. Pero Satanás quiere convencernos de que no hay apuro. Que podemos dejar elponernos serios con Dios para más tarde. Que podemos seguir con ciertos pecados y ya luego nos arrepentiremos.
Pero eso no solo es peligroso. Es jugar con fuego. Y el enemigo que tenemos no está jugando. Quiere que terminemos lejos de Dios.
Por eso, Jesús —nuestro Rey— nos llama hoy. No para condenarnos, sino para despertarnos y fortalecernos. Por su Palabra viva, nos llama al arrepentimiento y nos recuerda que su sangre ya nos ha limpiado. Y nos da poder. Poder para dejar atrás las obras de las tinieblas. Poder para vestirnos con su armadura de luz. Para estar listos. Para servir. Para vivir como soldados de la cruz.
Oración:
Señor Jesús, perdóname por mis obras de oscuridad. Vísteme con tu armadura de luz. Hazme fuerte para servirte cada día. Amén.
By Academia Cristo
2 de diciembre –
ARMADURA DE LUZ
Romanos 13:12 (RVC)
«Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y revistámonos con las armas de la luz.»
Imagina que entras a un museo de historia antigua. Caminas por pasillos que muestran cómo vivía la gente hace siglos. Finalmente, llegas a la sección militar. Allí ves armaduras antiguas, usadas por soldados romanos. Te sientas frente a una de ellas y la observas con atención. Esa armadura no era para descansar. Era para la batalla.
Ahora, viaja en el tiempo. Observa a un soldado romano preparándose. Se pone cada pieza con cuidado. ¿Por qué? Porque sabe que no puede darse el lujo de bajar la guardia. Está por entrar en combate.
Tú y yo también estamos en una batalla. No contra personas, sino contra el pecado, el diablo y las tentaciones. Pero Satanás quiere convencernos de que no hay apuro. Que podemos dejar elponernos serios con Dios para más tarde. Que podemos seguir con ciertos pecados y ya luego nos arrepentiremos.
Pero eso no solo es peligroso. Es jugar con fuego. Y el enemigo que tenemos no está jugando. Quiere que terminemos lejos de Dios.
Por eso, Jesús —nuestro Rey— nos llama hoy. No para condenarnos, sino para despertarnos y fortalecernos. Por su Palabra viva, nos llama al arrepentimiento y nos recuerda que su sangre ya nos ha limpiado. Y nos da poder. Poder para dejar atrás las obras de las tinieblas. Poder para vestirnos con su armadura de luz. Para estar listos. Para servir. Para vivir como soldados de la cruz.
Oración:
Señor Jesús, perdóname por mis obras de oscuridad. Vísteme con tu armadura de luz. Hazme fuerte para servirte cada día. Amén.