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Prepárate para un diálogo que toca el cielo: comenzamos señalando la conversión de Pablo como muestra ferviente del poder transformador del Evangelio.
¿Qué convierte a un perseguidor en el más grande predicador del misterio de Cristo? ¡Exploralo con nosotros! No hay oscuridad que la gracia no convierta ni esclavitud moral que no pueda liberar a quien Cristo llama. Somos testigos de cómo lo terrible se transforma en instrumento poderoso si el “yo” muere ante el “Jesús vivo”.
Este episodio te invita a reconocer que si Cristo puede redimir al más orgulloso, puede darte una nueva vista, vida levantada y propósito consagrado. (Especialmente recomendado para quienes han sido tocados por dolor moral, fracaso o desilusión espiritual.)
Anchor Scripture: Hechos 9:17-18 NBLA
“Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo». Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado.”
By The Village ChurchPrepárate para un diálogo que toca el cielo: comenzamos señalando la conversión de Pablo como muestra ferviente del poder transformador del Evangelio.
¿Qué convierte a un perseguidor en el más grande predicador del misterio de Cristo? ¡Exploralo con nosotros! No hay oscuridad que la gracia no convierta ni esclavitud moral que no pueda liberar a quien Cristo llama. Somos testigos de cómo lo terrible se transforma en instrumento poderoso si el “yo” muere ante el “Jesús vivo”.
Este episodio te invita a reconocer que si Cristo puede redimir al más orgulloso, puede darte una nueva vista, vida levantada y propósito consagrado. (Especialmente recomendado para quienes han sido tocados por dolor moral, fracaso o desilusión espiritual.)
Anchor Scripture: Hechos 9:17-18 NBLA
“Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo». Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado.”