Hoy te invito a reflexionar sobre algo que solemos pasar por alto: todo lo que damos al mundo, lo damos primero a nosotros mismos.
Cada pensamiento amable, cada gesto de paciencia, cada palabra de amor que compartimos no se pierde. Todo vuelve, transformado en claridad, paz y alegría.
El ego quiere que creas que dar es un sacrificio o que el mundo decide si recibes algo. Pero el Espíritu nos recuerda otra verdad: cuando das, te das. Y eso es suficiente.
En este episodio exploramos cómo recordar que el poder de amar y bendecir ya habita dentro de nosotros. Y cómo, al hacerlo, todo lo que tocamos se vuelve un reflejo de esa bondad interna.
Si hoy sientes que el mundo te demanda demasiado o que das sin recibir, este episodio es una invitación a pausar, respirar y reconectar con la idea más simple y profunda:
Todo lo que das es a ti mismo a quien se lo das.
✨️ Iciar
@uncursodemilagros333