Todos alguna vez hemos experimentado alguna situación que nos produce miedo, temor. Pero estos sentimientos que aunque son normales y comunes en el ser humano pueden quitarnos la paz y la alegría. La presencia del Espíritu Santo en nuestra vida, aleja el temor y nos hace siempre caminar confiando en que Dios tiene un plan y que todo está bajo control mientras le demos la oportunidad a Jesús de reinar en nuestra vida.