Teresa, estaba convencida de que el plan de un nuevo negocio venía de Dios, sin embargo convertirlo en realidad para obedecerle, no iba a ser fácil. Lo mismo le ocurrió a David en una guerra contra los arameos y edomitas -Salmo 60-, pero Dios se sintió honrado cuando David le obedeció al igual que Teresa hasta el punto de arriesgarse. ¿Quieres saber en qué ambos le obedecieron a Dios?