Un matrimonio que empezó con luchas, deudas imposibles y expectativas rotas. Él debía un crédito que parecía impagable, sin dinero ni salida.
Pero ella confió en Dios. Nunca pensó en separarse.
Y justo cuando todo parecía perdido, Dios abrió un camino.
Porque no haberlo hecho antes… no significa que no se pueda.