El 6 de mayo de 2009 Stamford Bridge, 37.857 espectadores y el Chelsea recibían a un Barcelona renovado, que bajo la batuta de Pep Guardiola avizoraba un futuro prometedor. En el Camp Nou, días antes, los ingleses hicieron prevalecer su cerrojo defensivo, tanto así que el encuentro terminó sin anotaciones. Pero este partido sería bastante polémico. ¿Un robo?