Cuando lo mencionan, es imposible no pensar en su país de nacimiento, y viceversa. Fue un crack total, pero muchos no lo sitúan en la élite del fútbol, por más que merezca estar allí. Un delantero habilidoso, fuerte, técnico, ágil, veloz, con buena pegada con ambas piernas, y una rapidez mental digna de cualquier centrocampista, pero que él utilizaba para marcar goles. No fue un referente de área neto, pero en 369 ocasiones infló las redes rivales. Un jugador único en su especie, que hizo explotar de alegría a todo un país. Érase una vez, Andriy Schevchenko.