¿De qué estamos hechos?

De momentos, aprendizajes, tradiciones, historias, referencias, comparaciones, experiencias e intuición.

Cuando vivimos con una actitud mindfulness, cuando practicamos en nuestra atención y nuestra compasión, comenzamos a relacionarnos un poco -poco a poco- diferente con lo que nos rodea e incluso con nosotros mismos. Esto puede ser muy liberador y, en otros momentos, hacernos sentir muy extraños.

Escribo esto y estamos, la mayoría de nosotros, en cuarentena. Un momento para quedarnos adentro. A mi me ha ayudado muchísimo estas prácticas a vivirme adentro, a navegar los cambios, a tolerar la impaciencia  y a sonreirle a mi humanidad constantemente insatisfecha. Cada día de navegación, cada día de camino, siempre diferente, he aprendido a vivirlos de mejor manera gracias a mi Intención y mi práctica. Espero que a ti también te ayude.