La mansión de los Varela, una imponente residencia en las afueras de la ciudad, siempre había sido un lugar de lujo y elegancia. En ella vivía Clara Varela, una joven heredera de una fortuna familiar, que había crecido rodeada de la alta sociedad. Clara, sin embargo, sentía una soledad que pocas personas podían comprender, atrapada en la rutina de eventos sociales y expectativas familiares.