La profecía bíblica ha sido motivo de confusión y debate a lo largo de la historia de la iglesia cristiana. A menudo, los creyentes no leen textos como estos capítulos de Daniel por temor a la confusión o, peor aun, porque han sido pobremente entrenados en las dimensiones futuras y eternas de su fe. En Salmo 31:15 el creyente dice: “en tus manos están mis tiempos”, ¿Qué sentido tendría nuestra fe si solo sirviera para mejorar el presente? En esta exposición bíblica aprenderás cómo la Biblia predice el futuro para infundirnos la confianza en que Dios no solo conoce el futuro, sino que también lo controla. Nuestro Señor nos asegura que estamos seguros en Él para siempre!