04.08.2018 - By Pista Galgodromo
Luego llegaron los días donde el calor entraban por debajo de las puertas, y por las ventanas, un calor diferente.
La gente salió a las puertas de sus casas y vio, entonces, el cielo rojo.
El calor que venía de aquel cielo era distinto al de los demás días, porque no era rojo por el sol, ni era el calor del sol.