Si, lo sabemos, escuchar estas historias no es nada agradable, hoy queremos que
las voces de las más de 100.000 familias víctimas de la desaparición forzada sean
escuchadas, que retumben en la cabeza y en el corazón de aquellos y aquellas que
se han negado a ver, que quienes son arrebatados de sus familias no son solo cifras
y merecen justicia, tal vez así podamos construir entre todos el cambio que este
país tanto necesita.