La fidelidad más que una virtud es una necesidad en la cual Dios nos forma. En esencia Dios no pide que seamos fieles, más que eso el Señor nos pide que nos dejemos formar por su fidelidad. La razón? Nuestra fidelidad surge del fiel trato de Dios con su pueblo. Ante unas circunstancias que pretenden babilonizarlo, Daniel aprende a ser fiel tres veces al día frente a un plato de comida. Sorpréndete como es la fidelidad de Dios, este hecho trae frutos eternos!