Este mensaje nos invita a reflexionar sobre cómo Dios nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales y cómo, por medio de la fe en Su Hijo, podemos acceder a ellas.
Resulta asombroso comprender que Dios eligió a la iglesia desde antes de la fundación del mundo, conforme a Su voluntad y soberanía. Entender la importancia de la doctrina de la elección es fundamental para el crecimiento y la madurez espiritual de los creyentes. Reconocer que fue Dios quien escogió a Su iglesia, no por nuestra conducta ni por las intenciones de nuestro corazón, sino únicamente por Su voluntad soberana, fortalece nuestra fe y nos llena de gratitud.