El texto es una reflexión extensa y crítica del creador de contenido David Servera, sobre el estado actual del mercado de bicicletas de montaña (MTB). A lo largo de su intervención, analiza cómo se ha llegado a una situación caótica en la que las bicicletas nuevas son carísimas, las bicicletas usadas se devalúan drásticamente, y tanto clientes como tiendas se ven atrapados en un sistema viciado por la avaricia, el marketing excesivo y la desinformación.
Servera empieza señalando el contraste económico actual: la inflación disparada, precios de bicis nuevas por encima de los 10.000 € y, al mismo tiempo, un valor de reventa muy bajo de las bicis usadas. Explica que esto genera confusión y frustración en los ciclistas, que no entienden por qué su bicicleta pierde tanto valor mientras las nuevas se encarecen sin justificación aparente.
El contexto de esta crisis se remonta a la pandemia de 2020, cuando se produjo una “falsa burbuja” en la demanda de bicicletas. Durante el confinamiento, miles de personas reservaron bicis en múltiples tiendas por miedo a quedarse sin stock, creando una ilusión de demanda masiva que llevó a las marcas a sobreproducir y subir precios artificialmente. Cuando el mercado real se ajustó, sobraron bicicletas y los precios se desequilibraron por completo.
Servera acusa al mercado y a los fabricantes de haber aprendido mal la lección: mantener precios altos y cambiar constantemente los modelos para estimular la compra continua, acortando los ciclos de desarrollo. Ejemplifica con marcas como Berria y Olympia, que en pocos años cambiaron varias veces sus cuadros y diseños, frente a marcas consolidadas como Specialized, Trek, Scott o Cannondale, que mantienen líneas estables durante cinco o seis años, reforzando la confianza de sus clientes. Según él, esa consistencia genera prestigio y fidelidad, mientras los fabricantes que cambian cada año pierden credibilidad.
También denuncia el engaño al consumidor: muchas marcas secundarias presentan productos como “revolucionarios” para luego reemplazarlos en un año, desvalorizando a quienes los compraron. En paralelo, los vendedores de tiendas son víctimas intermedias del sistema: compran grandes cantidades de stock a crédito, presionados por distribuidores que les obligan a vender modelos específicos y a mantener precios controlados, con márgenes mínimos. Cuando el modelo cambia al año siguiente, deben malvender lo que tienen.
En el mercado de segunda mano, la situación no es mejor. Servera critica tanto a los compradores como a los vendedores particulares. Denuncia la falta de honestidad de quienes publican bicis “como nuevas” que están en mal estado, así como las tasaciones abusivas de empresas de recompra que ofrecen precios muy bajos y revenden con márgenes enormes. Afirma que esta “tabla rasa” perjudica también a quienes sí cuidan su bicicleta, porque los precios de referencia se hunden por culpa de tanta chatarra camuflada.
En resumen, David Servera plantea una crítica integral al sistema actual del ciclismo, donde el cliente, las tiendas y los fabricantes están inmersos en una espiral de desconfianza. El exceso de marketing, los cambios de modelo constantes, la especulación postpandemia y la falta de transparencia han roto el equilibrio entre valor, calidad y precio. Su mensaje final es claro: urge recuperar el respeto por el cliente, la coherencia en el desarrollo de productos y la honestidad en el mercado de segunda mano, antes de que el propio sector del MTB se colapse por su propio engaño.