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Hoy, en este espacio acerca de lo que sabés de Misiones, tu provincia, vamos a referirnos a una localidad, como lo hemos hecho en otras oportunidades. En este caso, a una localidad pequeña, Almafuerte, creada en 1932 y situada actualmente en el departamento de Leandro N. Alem.
Para saber por qué lleva ese nombre mencionaremos lo que dice al respecto Miguel Ángel Stefañuk en su Diccionario Geográfico Toponímico de Misiones:
Aparentemente un colono de apellido Warchofer, mencionaba siempre el trabajo realizado en la zona por “un hombre de alma forte”, refiriéndose a don Bernardino Bertolotti, maestro de escuela. Y este Bertolotti admiraba al poeta Pedro B. Palacios, “Almafuerte”, con lo cual contribuyó a identificar la localidad con ese nombre.
Por eso vale la pena referirse brevemente a quien fuera Almafuerte, seudónimo de Pedro Bonifacio Palacios, nacido en San Justo, en el actual gran Buenos Aires en 1854, y que fuera uno de los poetas más populares de la Argentina hacia fines del siglo XIX y buena parte del XX. ¿Por qué decimos un poeta popular? Porque su poesía, cargada de humanidad, de protesta social y de inconformismo, tuvo la virtud de llegar a todas las clases sociales y de ser recitada y difundida, conocida y aprendida de memoria aún por gente que no frecuentara la literatura, tal como ocurriera con aquel famoso soneto titulado “Piú Avanti”, que dice en su primera estrofa:
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Almafuerte se dedicó durante gran parte de su vida a la docencia, iniciándose como maestro desde muy joven, lo mismo que al periodismo, en varios pueblos de la provincia de Buenos Aires, y mantuvo siempre su prédica de aliento a los jóvenes y de superación del individuo, pero la pasión de su existencia fue la poesía y tuvo la fortuna de que sus versos, cargados de fuerza y expresividad, sensibles al dolor humano, se difundieran masivamente hasta llegar a tener entidad propia, repetidos muchas veces sin que se tuviese en cuenta a su autor, como en el caso de ese poema que hemos mencionado y que sigue diciendo:
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su plumaje al menor ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora…
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
Pedro B. Palacio falleció en La Plata, en 1917, a los 62 años, pobre como viviera siempre, pero rodeado de un inmenso prestigio, seguramente sin imaginar que un pueblo misionero llevaría y eternizaría su seudónimo. Ese tan popular y resonante como es el de… “Almafuerte”, que nos remite a la perseverancia, al tesón, a la virtud de mantener vivas las esperanzas pese a todas las contingencias. Virtudes que sin duda se mantienen en la población del interior y que ese pequeño pueblo misionero, denominado así, ostenta con orgullo.-
By Rolo CapaccioHoy, en este espacio acerca de lo que sabés de Misiones, tu provincia, vamos a referirnos a una localidad, como lo hemos hecho en otras oportunidades. En este caso, a una localidad pequeña, Almafuerte, creada en 1932 y situada actualmente en el departamento de Leandro N. Alem.
Para saber por qué lleva ese nombre mencionaremos lo que dice al respecto Miguel Ángel Stefañuk en su Diccionario Geográfico Toponímico de Misiones:
Aparentemente un colono de apellido Warchofer, mencionaba siempre el trabajo realizado en la zona por “un hombre de alma forte”, refiriéndose a don Bernardino Bertolotti, maestro de escuela. Y este Bertolotti admiraba al poeta Pedro B. Palacios, “Almafuerte”, con lo cual contribuyó a identificar la localidad con ese nombre.
Por eso vale la pena referirse brevemente a quien fuera Almafuerte, seudónimo de Pedro Bonifacio Palacios, nacido en San Justo, en el actual gran Buenos Aires en 1854, y que fuera uno de los poetas más populares de la Argentina hacia fines del siglo XIX y buena parte del XX. ¿Por qué decimos un poeta popular? Porque su poesía, cargada de humanidad, de protesta social y de inconformismo, tuvo la virtud de llegar a todas las clases sociales y de ser recitada y difundida, conocida y aprendida de memoria aún por gente que no frecuentara la literatura, tal como ocurriera con aquel famoso soneto titulado “Piú Avanti”, que dice en su primera estrofa:
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Almafuerte se dedicó durante gran parte de su vida a la docencia, iniciándose como maestro desde muy joven, lo mismo que al periodismo, en varios pueblos de la provincia de Buenos Aires, y mantuvo siempre su prédica de aliento a los jóvenes y de superación del individuo, pero la pasión de su existencia fue la poesía y tuvo la fortuna de que sus versos, cargados de fuerza y expresividad, sensibles al dolor humano, se difundieran masivamente hasta llegar a tener entidad propia, repetidos muchas veces sin que se tuviese en cuenta a su autor, como en el caso de ese poema que hemos mencionado y que sigue diciendo:
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su plumaje al menor ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora…
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
Pedro B. Palacio falleció en La Plata, en 1917, a los 62 años, pobre como viviera siempre, pero rodeado de un inmenso prestigio, seguramente sin imaginar que un pueblo misionero llevaría y eternizaría su seudónimo. Ese tan popular y resonante como es el de… “Almafuerte”, que nos remite a la perseverancia, al tesón, a la virtud de mantener vivas las esperanzas pese a todas las contingencias. Virtudes que sin duda se mantienen en la población del interior y que ese pequeño pueblo misionero, denominado así, ostenta con orgullo.-