La purificación de nuestros cuatro cuerpos inferiores es imperativa para que las ideas divinas puedan fluir. Por esta razón, debemos dejar ir las ataduras que son los viejos hábitos, los recuerdos de la índole que sean que aún se manifiesten a través de los sentimientos y pensamientos.
Libro: El Espíritu de la Edad Dorada, vol. 1.
Ser de Luz: Elohim Claridad.