
Sign up to save your podcasts
Or


El gobierno perfecto de Dios ofrece provisión, protección, multiplicación, y fructificación. La perfecta autoridad de Dios hecho hombre se manifiesta en la perfecta sumisión a Dios como máxima autoridad. Es por eso que, pensar correctamente alrededor de la autoridad y los gobiernos envuelve recordar que no hay gobierno perfecto, necesitamos ayuda de Jesucristo en los lugares de poder. Toda autoridad pertenece a Dios.
Anchor Scripture: Romanos 13:1-7 NBLA
“Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan. Porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por tanto, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, recibirán condenación sobre sí mismos. Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella, pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme. Porque no en vano lleva la espada, pues es ministro de Dios, un vengador que castiga al que practica lo malo. Por tanto, es necesario someterse, no solo por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto también ustedes pagan impuestos, porque los gobernantes son servidores de Dios, dedicados precisamente a esto. Paguen a todos lo que deban: al que impuesto, impuesto; al que tributo, tributo; al que temor, temor; al que honor, honor.”
By The Village ChurchEl gobierno perfecto de Dios ofrece provisión, protección, multiplicación, y fructificación. La perfecta autoridad de Dios hecho hombre se manifiesta en la perfecta sumisión a Dios como máxima autoridad. Es por eso que, pensar correctamente alrededor de la autoridad y los gobiernos envuelve recordar que no hay gobierno perfecto, necesitamos ayuda de Jesucristo en los lugares de poder. Toda autoridad pertenece a Dios.
Anchor Scripture: Romanos 13:1-7 NBLA
“Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan. Porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por tanto, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, recibirán condenación sobre sí mismos. Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella, pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme. Porque no en vano lleva la espada, pues es ministro de Dios, un vengador que castiga al que practica lo malo. Por tanto, es necesario someterse, no solo por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto también ustedes pagan impuestos, porque los gobernantes son servidores de Dios, dedicados precisamente a esto. Paguen a todos lo que deban: al que impuesto, impuesto; al que tributo, tributo; al que temor, temor; al que honor, honor.”