Nunca digas nunca... hoy estoy aquí para mostrarte mi lado más vulnerable y al mismo tiempo el más valiente y el más fuerte. Los últimos meses me alejé, me desconecté y empecé a dejar de ser yo. Hasta que me di cuenta que estaba muriendo una vez más, como una de tantas muertes que ya había experimentado, me caí pero me levanté y sobreviví. Y en lugar de victimizarme puse manos a la obra y me aferré a la vida, a mis sueños y al amor a mí mismo. Espero que mis palabras resuenen en ti y si estás pasando por algo similar, aquí estoy, te abrazo.