Min 4: STRANGER THINGS 5. NETFLIX (3,5 estrellas)

El regreso de Stranger Things a Netflix marca el principio del fin de una serie que ha crecido con su audiencia y que afronta su temporada definitiva con un pulso más oscuro, un tono abiertamente crepuscular y la sensación de que Hawkins ya no es solo el escenario del miedo, sino la trinchera final de una generación de personajes que llegan exhaustos a su última batalla. Los nuevos episodios abren fuego con Vecna reorganizando sus fuerzas desde un Inframundo cada vez más conectado con la realidad, mientras el grupo original se reencuentra en un clima de fractura emocional: Eleven lidia con el desgaste de su poder y con las cicatrices psicológicas que deja haber sido usada como arma, Mike, Lucas y Dustin encaran la madurez desde posiciones distintas, y Will emerge como pieza emocional del relato en un arco que los Duffer impulsan con mayor peso dramático.

Min 20: SILENCIO, de Eduardo Casanova (Movistar +) 4 estrellas

Min 27: PLANETA PREHISTÓRICO: LA EDAD DE HIELO. Apple Tv (4 estrellas)

“Silencio” no es una serie de vampiros al uso. Es un puñetazo visual y moral que reinterpreta el mito de la inmortalidad, no como escapismo gótico, sino como espejo: espejo de los silencios que matan, del estigma social, del dolor oculto detrás de lo que no se quiere ver. Dirigida por Eduardo Casanova, esta miniserie de tres episodios — con estreno previsto para el 1 de diciembre, coincidiendo con el Día Mundial del VIH — mezcla terror, tragicomedia y compromiso social para poner sobre la mesa algo incómodo: lo que callamos aún duele más que cualquier mordisco de vampiro.

Min 34: BSO "LA MUJER DEL CAMAROTE 10"

La banda sonora de La mujer del camarote 10 se convierte en la auténtica columna vertebral del thriller, mucho más decisiva que los propios giros del guión. El compositor Benjamin Wallfisch —que apuesta por una línea electrónica contenida, con cuerdas tensas y motivos rítmicos que simulan el vaivén del mar— construye un paisaje sonoro que funciona como amenaza constante. No busca deslumbrar con una gran melodía, sino sembrar inquietud. El leitmotiv principal aparece casi en susurro, apenas tres notas ascendentes repetidas como un eco húmedo en los pasillos del yate, y se convierte en la voz que acompaña a Laura cuando nadie más parece escucharla.