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Una frontera puede estallar mucho antes de que suenen los cañones. Arrancamos con el marco legal que lo hizo posible: la Constitución de 1824, que dio a los estados mexicanos una autonomía amplia y abrió la puerta a proyectos de colonización en territorios poco poblados. Desde ahí trazamos la línea que llevó a Moses y Stephen F. Austin a atraer familias anglosajonas con tierras, ciudadanía y exenciones fiscales, un incentivo poderoso que, combinado con migración ilegal y filibusteros, terminó rebasando la capacidad del gobierno para integrar y supervisar.
Compartimos cómo se vivió el clima en Texas cuando las reglas del juego cambiaron en la capital. La región intentó ampararse en el federalismo para organizarse, pero el giro centralista de Santa Anna rompió la base legal que mantenía a muchos colonos en el proyecto mexicano. El encarcelamiento de Stephen F. Austin selló un punto de quiebre, mientras figuras como William B. Travis, James Bowie y Sam Houston articularon milicias, donativos y un relato de causa que prendió en clubes tejanos del otro lado de la frontera. Hablamos de las motivaciones reales: ideales de libertad, sí, pero también promesas de tierra gratis y especulación.
Cubrimos los informes de Manuel de Mier y Terán y su advertencia temprana: si no se preservaban las condiciones del establecimiento, Texas se perdería en los hechos. Analizamos la derrota del general Martín Perfecto de Cos y el efecto dominó que animó a los rebeldes, hasta llegar a la decisión de Santa Anna de marchar al norte. Cuando el ejército se acercó a San Antonio de Béjar en febrero de 1836, el conflicto ya no era solo militar; era el desenlace de años de leyes imprecisas, incentivos mal diseñados y un Estado dividido entre proyectos de nación incompatibles.
Si te interesa entender cómo la ley, la demografía y la política exterior reconfiguran territorios, este episodio te va a atrapar. Suscríbete, comparte con alguien que ame la historia y deja tu reseña con tu momento clave; queremos leerte.
By Cesar N MadrigalSend us a text
Una frontera puede estallar mucho antes de que suenen los cañones. Arrancamos con el marco legal que lo hizo posible: la Constitución de 1824, que dio a los estados mexicanos una autonomía amplia y abrió la puerta a proyectos de colonización en territorios poco poblados. Desde ahí trazamos la línea que llevó a Moses y Stephen F. Austin a atraer familias anglosajonas con tierras, ciudadanía y exenciones fiscales, un incentivo poderoso que, combinado con migración ilegal y filibusteros, terminó rebasando la capacidad del gobierno para integrar y supervisar.
Compartimos cómo se vivió el clima en Texas cuando las reglas del juego cambiaron en la capital. La región intentó ampararse en el federalismo para organizarse, pero el giro centralista de Santa Anna rompió la base legal que mantenía a muchos colonos en el proyecto mexicano. El encarcelamiento de Stephen F. Austin selló un punto de quiebre, mientras figuras como William B. Travis, James Bowie y Sam Houston articularon milicias, donativos y un relato de causa que prendió en clubes tejanos del otro lado de la frontera. Hablamos de las motivaciones reales: ideales de libertad, sí, pero también promesas de tierra gratis y especulación.
Cubrimos los informes de Manuel de Mier y Terán y su advertencia temprana: si no se preservaban las condiciones del establecimiento, Texas se perdería en los hechos. Analizamos la derrota del general Martín Perfecto de Cos y el efecto dominó que animó a los rebeldes, hasta llegar a la decisión de Santa Anna de marchar al norte. Cuando el ejército se acercó a San Antonio de Béjar en febrero de 1836, el conflicto ya no era solo militar; era el desenlace de años de leyes imprecisas, incentivos mal diseñados y un Estado dividido entre proyectos de nación incompatibles.
Si te interesa entender cómo la ley, la demografía y la política exterior reconfiguran territorios, este episodio te va a atrapar. Suscríbete, comparte con alguien que ame la historia y deja tu reseña con tu momento clave; queremos leerte.