Las tensión estaba por las nubes, el mexicano jugándose un segundo puesto en el Mundial de F1 y el asturiano defendiendo el orgullo de un equipo que ha trabajado sin descanso por levantar la situación. Sin embargo, la batalla entre los dos pilotos fue limpia, deportiva, un espectáculo para los grandes aficionados del motor.

"Es un piloto con el que se puede pelear tan parejo, como he dicho con muy pocos pilotos en la categoría puedes hacer este tipo de maniobra. La verdad que fue divertido porque tuvimos mucha pelea de principio a fin, al final el que ganara lo tenía merecido”, señala el de Jalisco.