Lo único que me importa es que vendas.

Hay negocios que “regalan” sus servicios o productos a cambio de una docena de huevos (o por la energía de un abrazo); que funcionan en una especie de trueque prehistórico.

Los intercambios de servicios son otro atraso que hace que el valor del mismo se distorsione (y hasta se prostituya).

Por algo se inventó el dinero hace milenios, ¿no crees?

En este episodio te invito a que dejes de intercambiar tus productos y/o servicios y empieces a poner límites saludables en tu negocio.

Y, recuerda: si hoy no vendes, hoy no comes.

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