Muchas personas viven con la falsa confianza de que cuando den su último suspiro, Dios los estará esperando con los brazos abiertos y los aceptará tal como son. Nada está más lejos de la verdad.
Muchas personas viven con la falsa confianza de que cuando den su último suspiro, Dios los estará esperando con los brazos abiertos y los aceptará tal como son. Nada está más lejos de la verdad.