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Oremos mis hijos, Gracias Señor por los alimentos, los santificamos en el nombre de Jesús, amén. Un almuerzo en familia es una experiencia preciosa si nos ejercitamos en hacerlo constantemente en casa. Pásame los cubiertos, quien sirve la sopa, ayuden a mamá, acá esta el pan, los platos mi amor, mmm!! Esta sopa está exquisita, ahhhh qué buenos recuerdos tengo de las comidas en familia los domingos al medio día, aunque desde que salí de casa ha sido difícil seguirlo ejercitando, los estudios, el trabajo, los amigos yyy bueno, tantas otras cosas que de una u otra manera se cruzan y se ha vuelto casi imposible encontrar el momento para hacerlo. Recuerdas el aroma de la sopa de la abuelita? Oh tal vez la escena de mamá poniendo atención a tu relato diario de lo que había pasado en la escuela. Hemos dejado de practicar la comunión alrededor de la mesa, cada uno por su lado y se ha quedado sola, es más común sentarnos en el sofá o incluso en la habitación viendo una película o las noticias. Pero como extraviamos esa experiencia tan gratificante? La mesa es algo sagrado para la familia, el momento de compartir los alimentos alrededor de ella es uno de los momentos más íntimos en el hogar, es el lugar de los mejores recuerdos, es un lugar no es un objeto de madera con cuatro patas cubierto con un mantel y un par de adornos. En ella reimos, nos enojamos, nos contentamos, en ella se planifican los acontecimientos más inolvidables de nuestras vidas y en ocasiones se tiene que llorar también. Es tan importante la mesa que Jesús marcó la historia de la humanidad a través de ella, compartiendo el pan con los más cercanos, les lavó sus pies, les dio lecciones de vida diciendo: el que quiera ser el más grande que sirva a sus hermanos, traigan esos cinco panes y tres peces para alimentar a estos cinco mil, eh cobrador de impuestos, quiero comer hoy en tu mesa. Le criticaron incluso por comer con ladrones y rameras, en la mesa lo traicionó Judas, allí hizo su última comida con la familia que había escogido mientras estuvo en la tierra: sus discipulos , Jesús prometió que un día nos volveríamos a sentar con él en Su mesa en las bodas del cordero. Te das cuenta que no podemos seguir alejados de tan precioso lugar, no debemos seguir dejando en segundo plano ese refugio donde formaremos a los líderes del mañana, tus hijos necesitan conocer ese momento y te corresponde a ti darle el valor que el Señor de los cielos le dio. Que te parece si hoy empezamos a hacerlo? Qué te parece si hoy pospones esa reunión y te vas temprano a casa, pasas comprando una pizza, o qué te parece cocinar con tu esposa, no sería fabuloso hacer de nuevo esa oración del principio y proponerte hacerle la invitación al principal miembro de la familia? A Jesús como Señor de tu mesa!!
By Uniendo Familias en JesúsOremos mis hijos, Gracias Señor por los alimentos, los santificamos en el nombre de Jesús, amén. Un almuerzo en familia es una experiencia preciosa si nos ejercitamos en hacerlo constantemente en casa. Pásame los cubiertos, quien sirve la sopa, ayuden a mamá, acá esta el pan, los platos mi amor, mmm!! Esta sopa está exquisita, ahhhh qué buenos recuerdos tengo de las comidas en familia los domingos al medio día, aunque desde que salí de casa ha sido difícil seguirlo ejercitando, los estudios, el trabajo, los amigos yyy bueno, tantas otras cosas que de una u otra manera se cruzan y se ha vuelto casi imposible encontrar el momento para hacerlo. Recuerdas el aroma de la sopa de la abuelita? Oh tal vez la escena de mamá poniendo atención a tu relato diario de lo que había pasado en la escuela. Hemos dejado de practicar la comunión alrededor de la mesa, cada uno por su lado y se ha quedado sola, es más común sentarnos en el sofá o incluso en la habitación viendo una película o las noticias. Pero como extraviamos esa experiencia tan gratificante? La mesa es algo sagrado para la familia, el momento de compartir los alimentos alrededor de ella es uno de los momentos más íntimos en el hogar, es el lugar de los mejores recuerdos, es un lugar no es un objeto de madera con cuatro patas cubierto con un mantel y un par de adornos. En ella reimos, nos enojamos, nos contentamos, en ella se planifican los acontecimientos más inolvidables de nuestras vidas y en ocasiones se tiene que llorar también. Es tan importante la mesa que Jesús marcó la historia de la humanidad a través de ella, compartiendo el pan con los más cercanos, les lavó sus pies, les dio lecciones de vida diciendo: el que quiera ser el más grande que sirva a sus hermanos, traigan esos cinco panes y tres peces para alimentar a estos cinco mil, eh cobrador de impuestos, quiero comer hoy en tu mesa. Le criticaron incluso por comer con ladrones y rameras, en la mesa lo traicionó Judas, allí hizo su última comida con la familia que había escogido mientras estuvo en la tierra: sus discipulos , Jesús prometió que un día nos volveríamos a sentar con él en Su mesa en las bodas del cordero. Te das cuenta que no podemos seguir alejados de tan precioso lugar, no debemos seguir dejando en segundo plano ese refugio donde formaremos a los líderes del mañana, tus hijos necesitan conocer ese momento y te corresponde a ti darle el valor que el Señor de los cielos le dio. Que te parece si hoy empezamos a hacerlo? Qué te parece si hoy pospones esa reunión y te vas temprano a casa, pasas comprando una pizza, o qué te parece cocinar con tu esposa, no sería fabuloso hacer de nuevo esa oración del principio y proponerte hacerle la invitación al principal miembro de la familia? A Jesús como Señor de tu mesa!!