1 Reyes 15: Mira bien a quién estás emulando.
1 Reyes 15:1‭-‬14 RVA2015
(Leer los versos completos en su biblia)

En este capítulo vemos un contraste de dos personajes, dos descendientes de Roboam, dos reyes de Judá que la biblia registra sus diferentes formas de reinar. Estas comparaciones las vamos a ver también en diferentes reyes de Israel y Judá a través de los libros de Reyes y Crónicas.

Aquí vemos que el hijo de Roboam fue un rey malo, que siguió el mal ejemplo de su padre. Siguió sus malos pasos pues es común que un hijo repita los pasos de su padre.
pero él no reinó muchos años y murió después de haber reinado solo 3 años.
Podemos decir que Abías fracasó como rey y desaprovechó la oportunidad que Dios le dio de haber sido un rey que pudiera haber impactado de forma positiva a Judá, la tribu que Dios escogió para habitar en medio de Su pueblo.

En contraste, el nieto de Roboam, Asa, sucedió a su padre, y este rey, criado de la misma forma de su padre, pues al parecer su abuela Maaca nombrada aquí como madre lo adoptó y crió (posiblemente como lo hizo Nohemí con el primogénito de Rut), Asa no miró los malos ejemplos de su padre sino que miró a David, su bisabuelo, a aquel que vivió una vida integra, a excepción del pecado que cometió contra Urias. Asa fue un rey que sí hizo las cosas diferentes, comenzó a traer un avivamiento espiritual en Jerusalén y toda Judá. Tomó decisiones drásticas, removiendo todo ídolo pagano de la tierra, y especialmente una imagen repugnante que su madre había levantado. Hasta le quitó la posición de honor y autoridad como madre reina, la mujer que simbolizaba y promovía el paganismo. Asa entendió que ella debía ser removida.
De ahí en adelante, Asa fue un gran rey y reinó muchos años.

La palabra emular significa: Imitar las acciones de otro procurando igualarlas e incluso excederlas.
Nosotros hoy podemos aprender que depende de nosotros dónde ponemos la mirada, a quién emulamos. Si en aquellos padres y sus errores o en algún antepasado que sí dio un buen ejemplo en la familia. O si no tuviste un buen ejemplo a seguir, ahí es donde es importante y vital que miremos a nuestro Señor Jesucristo como nuestro Padre celestial, que no se equivoca, que es perfecto, que nos dio un ejemplo perfecto de lo que es vivir en integridad en este mundo, y que sí se puede vivir vidas victoriosas.

Espero que hoy podamos vencer esas voces que te dicen: “Si mi abuelo fue borracho y mi padre también, entonces yo seré eso”. “Si él fue mujeriego entonces yo también”. “Si vengo de familias fracasadas entonces yo también fracasaré en mi hogar”.
Esa es una de las mentiras más grandes del adversario! Si estamos en Cristo somos nuevas criaturas! las cosas viejas, antiguas del pasado son dejadas atrás, son olvidadas, porque Dios hace cosas nuevas en nosotros!
Hoy rompe con esos paradigmas, con esas formas de pensar, esas conclusiones son erróneas y vamos a mirar la realidad, de que en Dios podemos romper esas cadenas de las pasadas generaciones.
Toma acción hoy. Identifica ese idolo monstruoso y abominable. Sea adicciones, malos hábitos, o cualquier costumbrismo maligno. Comienza a removerlo de tu vida y tu hogar. Quita toda autoridad que esté estableciendo cualquier cosa inmoral en el hogar y comienza a restaurar y renovar la vida espiritual y moral de tu hogar, comienza a hacer la voluntad de Dios en tu vida y que tus hijos, la nueva generación comience a creer que Dios hace cosas maravillosas por medio de ustedes. Que crean que la historia se puede escribir diferente si ponen la mirada en los buenos ejemplos, que sepan elegir a quién van a emular.

Estamos siguiendo malos patrones de comportamiento de algún ser querido que fue autoridad sobre nosotros? Estamos creyendo que podemos cambiar la historia y la mala reputación de mis antepasados?
¿Estamos estableciendo un nuevo linaje con valores y...