1 Reyes 18 Corazones fervorosos en un mundo apático.
1 Reyes 18
20 Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel y reunió a los profetas en el monte Carmelo. 21 Elías se acercó a todo el pueblo y dijo:
—¿Hasta cuándo vacilarán entre dos opiniones? Si el SEÑOR es Dios, ¡síganlo! Y si Baal, ¡síganlo!
Pero el pueblo no le respondió nada. 22 Entonces Elías volvió a decir al pueblo:
—Solo yo he quedado como profeta del SEÑOR, pero de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres. 23 Dennos, pues, dos toros. Escojan ellos un toro para sí, córtenlo en pedazos y pónganlo sobre la leña; pero no pongan fuego. Yo prepararé el otro toro y lo pondré sobre la leña, pero no pondré fuego. 24 Luego invoquen ustedes el nombre de su dios, y yo invocaré el nombre del SEÑOR. El Dios que responda con fuego, ¡ese es Dios!
Todo el pueblo respondió y dijo:
—¡Bien dicho!
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Este es un gran capítulo de la biblia donde vemos uno de los momentos más emotivos, donde el poder de Dios se manifiesta poderosamente para hacer volver el corazón del pueblo hacia Dios. Aquí podemos aprender varias cosas en los diferentes eventos que se desarrollan en este capítulo.
Primero, vemos el corazón de un hombre que amó a Dios y guardó sus mandamientos en una de las crisis espirituales más duras en Israel. Sin embargo, aunque Abdias trabajaba para el rey malo y su mujer perversa, él no solo fue un hombre íntegro delante de Dios sino que también sirvió a Dios arriesgando su vida, al proteger cien profetas de Dios, escondiendolos y dándoles el sustento en medio de la escasez y la persecución.
Despues vemos a Elias confrontar al rey y lo reta para que convoque el pueblo para un hacer sacrificio a Dios y para que los sacerdotes paganos hicieran lo mismo, en este caso, sin poner fuego en el altar, para que así el pueblo viera quien era el Dios verdadero, si baal o el Señor.
Cuando Elías ve al pueblo lo confronta con esta frase: Hasta cuándo van a estar dudando entre dos pensamientos? Y es que el pueblo se había acostumbrado a mezclar la adoración a Dios con la adoración a Baal y a Asera, dioses que no se parecían en nada a las prácticas del Dios de Israel.
Es por eso que el pueblo vivía en un estado de apatía, desinteresados en cumplir la ley de Dios y desinteresados en agradar a Dios de corazón, pues habían perdido la fe por la maldad de los reyes, especialmente de la reina. Por eso Dios envió fuego del cielo por la oración fervorosa de Elías.
y aquí es donde quiero que podamos aprender y desarrollar nuestra fe como la de Elias. Elias fue un gran profeta porque realmente él hacía todo lo que Dios le decía.
En la oración que Elias hace, vemos que él confiesa que él ha hecho todo lo que Dios le ha indicado. Así oró Elias, en el verso 36:
—¡Oh SEÑOR, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu siervo; y que por tu palabra he hecho todas estas cosas! 37 Respóndeme, oh SEÑOR; respóndeme, para que este pueblo reconozca que tú, oh SEÑOR, eres Dios, y que tú haces volver el corazón de ellos.

Elias no era un hombre perfecto. Pasaba por pruebas, tenía inseguridades y hasta momentos de pánico, terror y miedo. Más adelante lo veremos caer en depresión, y se sentía solo. Pero Dios vio en él un hombre con un corazón dispuesto a amarlo, a seguirlo, y a hacer la voluntad de Dios encima de su propia voluntad.
Espero que hoy podamos aumentar nuestra fe, que entendamos que es necesario abrir nuestro corazón y entender qué es lo que Dios quiere que hagamos, y así mismo clamar a Dios por nuestras vidas, nuestras familias y realizar lo que Dios quiere que hagamos.
EL apóstol Santiago nos muestra esta gran verdad del ejemplo que Elias nos dió y que debemos orar como Elías lo hizo:
Santiago 5:16-18 (Nueva Biblia Viva)
16 Por...