Notas en español e inglés:
1 Samuel 22: El poder de ayudar a otros en medio de tiempos difíciles.
1 Samuel 22:1-5:
De allí se fue David y huyó a la cueva de Adulam. Cuando sus hermanos y toda la casa de su padre oyeron esto, fueron allá a él. También se juntaron con él todos los oprimidos, todos los endeudados y todos los amargados de espíritu. David fue hecho jefe de ellos, y tenía consigo unos cuatrocientos hombres. De allí David fue a Mizpa, en Moab, y dijo al rey de Moab: —Permite que mi padre y mi madre habiten con ustedes hasta que yo sepa lo que Dios hará de mí.
Los dejó, pues, con el rey de Moab, y vivieron allí todo el tiempo que David estuvo en la fortaleza. Entonces el profeta Gad dijo a David: —No te quedes en la fortaleza. Ve y entra en la tierra de Judá.
Y David partió y se fue al bosque de Haret.
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Ayer vimos que Dios ayudó a David librándolo de la mano de los filisteos. La primera reacción de David fue refugiarse en una cueva de una región llamada Adulam, que se convirtió en un lugar muy importante para David.
En ese lugar, confundido y solo, posiblemente David estaba tomando fuerzas y pensando qué iba ahora hacer con su vida. Posiblemente David se estaba confortando en el Señor y quizá escribía alguna canción o salmos. Pero ese momento de reflexión y fortaleza se vio interrumpido con la llegada de aquellos que lo amaban y querían verlo, su familia. Y no solo ellos, también otros grupos de personas que buscaban ayuda y pensaron encontrarla en David: "los oprimidos, todos los endeudados y todos los amargados de espíritu".
David dejó de enfocarse en su situación difícil, del peligro que lo perseguía, de la incertidumbre que lo agobiaba, y comenzó a levantar a otros que posiblemente estaban en una condición similar o peor que la de él. David los recibió en la cueva y comenzó a levantarlos poco a poco. Afirmó sus corazones apocados, o sea, avergonzados y humillados por situaciones difíciles que han experimentado. David fue el instrumento para darle un nuevo sentido de vivir a estos hombres que estaban llenos de amargura, decepcionados con la vida, llenos de deudas y sin poder prosperar por las cargas financieras o emocionales.
Ninguno de ellos estaba listo para pelear en una batalla, para salir adelante victoriosos en una campaña militar. Sin embargo, David tomó el tiempo para ayudarlos a recuperarse, para que volvieran a creer que tenían un sentido de vivir, que todavía eran útiles para la sociedad.
¡David estaba reformando y rehabilitando este grupo de más o menos 400 hombres! La decadencia moral y espiritual en Israel causada por el mal liderazgo de Saúl estaba arruinando a mucho hombres, pero la experiencia de David como líder militar y como adorador del Señor fue la combinación perfecta para que estos hombres fueran ministrados espiritualmente y capacitados para convertirse en parte del grupo de los valientes de David, como más adelante se les llamó. Muchos de ellos pelearon batallas contra gigantes, y vencieron ejércitos extranjeros de forma magistral. Eran hombres dispuestos a dar sus vidas por David, y fueron los que lo acompañaron en todo su tiempo de exilio hasta cuando fue coronado rey de Israel y Judá.
Aprendamos de David, que cuando ayudamos a otros es cuando podemos nosotros mismos superar muchas cosas a nivel personal. Si nos concentramos solo en nosotros todo el tiempo, estaremos perdiéndonos una gran oportunidad para poder crecer y madurar.
Obviamente, David estaba trabajando en sus propios retos personales. Se refugió solo para analizar su vida, emocionalmente fue fortalecido por la visita de sus parientes y amigos, y después pudo ayudar a otros. Al hacer esto, levantó una tropa de guerreros y Dios confirmó su llamado y misión cuando el profeta Gad lo visitó para darle la Palabra de Dios.
Si estás en medio de circunstancias difíciles y puedes darle la mano a...