Notas en español e inglés:

1 Samuel 30: Corre a Dios, aun cuando hayas perdido todo.
1 Samuel 30:1-10:
Cuando David y sus hombres llegaron a Siclag al tercer día, los amalequitas habían hecho una incursión en el Néguev y en Siclag. Habían atacado Siclag y la habían incendiado. También se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban en ella, desde el menor hasta el mayor. Pero no mataron a nadie, sino que los tomaron cautivos y siguieron su camino.
David y sus hombres llegaron a la ciudad, y he aquí que estaba incendiada y que sus mujeres, sus hijos y sus hijas habían sido llevados cautivos. Entonces David y la gente que estaba con él alzaron su voz y lloraron hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. También habían sido tomadas cautivas las dos mujeres de David, Ajinoam, de Jezreel, y Abigaíl, que fuera mujer de Nabal, de Carmel. David estaba muy angustiado, porque el pueblo hablaba de apedrearlo. Todo el pueblo estaba con ánimo amargado, cada uno por causa de sus hijos y de sus hijas. Pero David se fortaleció en el SEÑOR su Dios. Entonces David dijo al sacerdote Abiatar hijo de Ajimelec: —Tráeme, por favor, el efod.
Abiatar trajo el efod a David, y David consultó al SEÑOR diciendo: —¿He de perseguir a esa banda? ¿La podré alcanzar?
Y el SEÑOR le respondió: —Persíguela, porque de cierto la alcanzarás y librarás a los cautivos.
Entonces David partió con los seiscientos hombres que estaban con él, y llegaron hasta el arroyo de Besor, donde se quedaron algunos de ellos. Pero David continuó persiguiendo, él con cuatrocientos hombres, porque doscientos se quedaron atrás, los cuales estaban muy agotados para pasar el arroyo de Besor.
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Este capítulo fue crucial en la vida de David. Cuando él regresa del campo de batalla, rechazado por los generales filisteos, se encuentra con la trágica escena de ver sus casas quemadas, destruidas por el fuego, todas sus pertenencias robadas y sus familias, esposas e hijos secuestrados por los amalecitas. Esto sucedió como consecuencia de vivir en el lugar equivocado. Lo que él hacía con otras ciudades, lo estaba cosechando en su propia villa.
Esto causó una explosion de emociones dolorosas. ¡Todos sus soldados, unos 600 hombres, lloraron a fuerte voz hasta que sus fuerzas se acabaron! Después del llanto, pasaron al resentimiento, buscando culpables de su tragedia.
En ese momento David vio la ira en los ojos de ellos, hasta hablaban de apedrearlo. Ellos vieron que sus vidas se habían acabado, que habían vuelto a su miseria que habían dejado años atrás gracias al apoyo de David, y esta tragedia los encegueció, al punto de querer eliminar al que les había devuelto la vida anteriormente.
Entonces David saca fuerzas de la debilidad y llama al sacerdote para consultar a Dios como lo había hecho anteriormente. David estaba al borde de la locura y de la muerte, pero también él conocía al Dios misericordioso y milagroso, Aquel que tiene la última palabra, el que devuelve lo que perdemos, nos ayuda a restaurar lo destruido, el que revela cuando nuestra mente está nublada.

Este ejemplo nos ilustra lo que significa el salirse de la voluntad de Dios. Los sufrimientos innecesarios vienen a nuestras vidas como consecuencias. También podemos aprender que, cuando eres elegido por Dios y Dios tiene propósitos contigo, el Señor te dará la salida en el momento de la prueba, para volver a retomar el plan de Dios en tu vida y Dios te devolverá lo que perdiste. Dios tornará esa situación difícil y mortal en una experiencia donde la mano de Dios se manifiesta con poder, siempre y cuando busquemos al Señor con actitud de arrepentimiento, humillación, entrega y completa dependencia de Su voluntad, por más difícil e imposible que sea el panorama que vemos. Tu futuro se irá aclarando a medida que sigas la dirección de Dios.
Dios escuchó la oración de David, le ordenó que los...