Notas en español e inglés:
1 Samuel 31: De la deshonra a la valentía y honorabilidad.
(Último capítulo de este libro)
1 Samuel 31:8-13:
Aconteció que al día siguiente, cuando los filisteos fueron para despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus tres hijos caídos en el monte Gilboa. Ellos le cortaron la cabeza y lo despojaron de sus armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para dar la buena noticia en el templo de sus ídolos y al pueblo. Después pusieron sus armas en el templo de Astarte, y clavaron su cadáver contra el muro de Bet-seán. Cuando todos los habitantes de Jabes, en Galaad, oyeron lo que los filisteos habían hecho con Saúl, todos los hombres valientes se levantaron, caminaron toda aquella noche y tomaron del muro de Bet-seán el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos. Cuando llegaron a Jabes, los incineraron allí. Luego tomaron sus restos y los sepultaron debajo del tamarisco en Jabes, y ayunaron siete días.
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Este es el final triste de la vida de Saúl. Como ya vimos anteriormente, las malas decisiones de Saúl de dejarse llevar por su arrogancia y su propia opinión lo pusieron en un espiral que lo fue llevando hacia la muerte. Mientras que él perseguía a David por mantener su reino y por el temor de que David lo fuera a destruir, fue él mismo quien causó la destrucción de su familia.
Fue herido de muerte por sus verdaderos adversarios y también sus hijos y su ejército cayeron. Mientras que David era uno de los generales del ejército que tenían a los filisteos lejos de Israel, ahora los filisteos despojaron a los israelitas de sus casas y ciudades.
En medio de este panorama trágico y lamentable, vemos en la escena que se levantaron unos valientes de la ciudad de Jabes.
En el libro de Jueces aprendimos que esta ciudad no acudió al llamado cuando fueron convocados para dar castigo a la tribu de Benjamín cuando cometieron vileza en Israel. Y porque los de Jabes no fueron, sufrieron también el castigo de Israel y la vergüenza de no haber sido valientes sino indiferentes ante el dolor de Israel al momento de hacer justicia.
Pero aquí vemos que ellos cambiaron la historia de sus vidas y de la reputación que tenían. Ellos hicieron una hazaña que era casi imposible hacerla y era la de caminar por toda la noche, infiltrarse al campo enemigo, sutilmente debían bajar sin que los vieran el cadáver de Saúl y sus hijos que estaban expuestos ante todo el pueblo, debían cargar con ellos devuelta hacia el territorio israelita para realizar la honras fúnebres, incinerar sus cuerpos y enterrar los restos. Después de esto, ¡ayunaron por 7 días! Varios días sin comer nada en señal de duelo por su difunto rey que, aunque fue un mal rey en sus últimos días, lo honraron por su posición de ser el ungido del Señor. Esta fue una acción noble y compasiva.

Posiblemente no hemos dado un gran ejemplo en el pasado, o que en el hogar no hemos sido lo que deberíamos haber sido como esposo, esposa, padres, hijo o hija, hermanos, pero nunca es tarde para reivindicarnos haciendo acciones magníficas, dando lo mejor de nosotros para demostrarles a los miembros de nuestro hogar que podemos cambiar para bien y que ellos vean en nosotros el otro lado que no han visto: un esposo amoroso, detallista y comprensivo; una esposa prudente, sabia y misericordiosa; un padre o madre que comprende y escucha a sus hijos, y que los guían bajo el temor de Dios, que no son perfectos pero que son sabios y humildes para enmendar los errores; un hijo o hija respetuoso que honra y hace orgullosos a sus padres, siendo un apoyo para ellos en vez de ser un dolor de cabeza; un hermano o hermana que muestra afecto, que cuida y protege a sus hermanos y les da un buen ejemplo. Todos podemos transformar nuestra relación dolorosa a una que traiga alegría.
En 1 Corintios 16:13, el apóstol Pablo nos da este consejo: “Vigilen; estén firmes en...