Cuando la protección de las leyes humanas les sea negada a los que honran la ley de Dios, habrá en diferentes países un movimiento simultáneo con el propósito de destruirlos. Cuando el tiempo señalado por el decreto esté cerca, el pueblo conspirará para asestar, en una determinada noche, un golpe decisivo que silenciará a los disidentes y a los réprobos.