Algunas veces en la vida conectamos con juegos que saben llegar a nuestra fibra y recordarnos que tenemos sentimientos y, por que no, llorar un ratito. Así pasa con Firewatch, es un juego que dura tres horas pero duele toda una vida.
Algunas veces en la vida conectamos con juegos que saben llegar a nuestra fibra y recordarnos que tenemos sentimientos y, por que no, llorar un ratito. Así pasa con Firewatch, es un juego que dura tres horas pero duele toda una vida.