Como breve resumen, PMC son las siglas de Private Military Company. Empresas privadas de seguridad no gubernamentales que funcionan como pequeños ejércitos a escala. Son contratados por gobiernos y pueden desempeñar diversas funciones en el ámbito de la defensa y la seguridad. Desde protección de personalidades a enfrentamientos con armas, pasando por entrenamiento de tropas, vigilancia o escolta. Reciben por ello contratos de miles de millones de dólares.
Desaparece el mercenario, aventurero solitario que se embarcaba hacia una guerra. Ahora son asalariados de compañías que los alquilan como soldados privados, empleados de empresas de trabajo temporal, que aparecen en 1990 y se inscriben como «de seguridad». Algunas no tienen existencia legal hasta el año 2003. Las hay dedicadas con anterioridad a tareas de obras e ingeniería, que abren un departamento de seguridad tanto para usarlo en sus instalaciones como para vender fuerza especializada. Solían actuar directamente en sitios como Iraq, Colombia y Afganistán.
Cuando Reagan llegó a la Casa Blanca, dos tercios de los contratos puestos por el Estado en manos de empresas civiles eran por compra de equipo y un tercio, por servicios. A su salida, en 1988, la proporción era 56 % por adquisición a 44 % por servicios. Bajo el Gobierno del veterano Bush se llegó a la paridad. En 1998, con el presidente Clinton, el porcentaje destinado a la compra de servicios ascendía al 58 %, superando a las compras de equipo.
Estados Unidos carecía de hombres suficientes para cubrir toda la seguridad necesaria en Iraq y en Afganistán. Las externalizaciones están a la orden del día en el mundo empresarial norteamericano del que proceden los dirigentes políticos. En construcción, transporte y manutención las Fuerzas Armadas de EE.UU. han delegado todas las tareas en empresas privadas.