Los campeones, los auténticos, son reconocidos universalmente como tales. No poseen ni color ni bandera. El personaje de hoy es único, un futbolista sensacional, ídolo de toda una generación y un símbolo del fútbol mundial. Un campeón, capaz de recuperarse de una larga lesión y siempre mantener la cabeza fría ante los muchos obstáculos que se presentaron en su carrera. Un hombre sencillo en su propia excepcionalidad. Un número 10 imposible de encasillar, y que, con nuestra camiseta, ha provocado momentos de categoría memorable. En sólo dos palabras: Roberto Baggio.