El deseo no es solo sexual.
Es la fuerza que nos mueve, nos enciende, nos conecta con lo que anhelamos.
Pero a muchas nos lo apagaron.
Por cultura, por miedo, por culpa.
Este episodio es un reencuentro con esa llama.
Desear no es peligroso: es creativo.
Es vital.
Es un acto de libertad.