Líderes cristianos de diversos países definen al escenario
actual del cristianismo como: crecimiento sin profundidad. Esa es una situación que desagrada a Dios,
pues demuestran inmadurez (1 Corintios 3:1-3 y Hebreos 5:11-14). Madurez es el propósito de Dios para
todos los discípulos que comprenden su misión de salir y hacer discípulos.