ABRAM JACKSON: El tamaño de esta pintura es casi abrumador (como el de una valla publicitaria), y con toda intención. Los enormes cuadros tradicionalmente muestran a gobernantes o batallas, imágenes que expresan poder. Es en estas enormes carteleras que a menudo se encuentra la comercialización de la cultura negra. Escuchemos a Wiley:
KEHINDE WILEY: Al frente de la producción cultural de los Estados Unidos está el hiphop, está la cultura negra. Hiphop es el idioma con el que mucha gente joven en todo el mundo se autodefine o se autodescubre, o prueba diferentes maneras de ser. La cultura negra estadounidense tiene una especie de sabor, una especie de insolencia, una especie de ritmo que conocemos como hiphop, y es algo que ha encontrado su lugar en mi pintura.
El hiphop ha dejado también una huella que se define por una especie de perversión de la verdad. Es una rúbrica mediante la cual la gente ha depositado sus ideas acerca de lo que significa ser negro, lo que significa ser varón, lo que significa ser fuerte.
ABRAM JACKSON: Para definir la pose de esta figura, Wiley se basó en una pieza del siglo XIX, una escultura francesa de una mujer mordida por una serpiente.
CLAUDIA SCHMUCKLI: El artista cambia el género de la figura para que se convierta en el retrato de este hermoso hombre negro. Y se remonta a su preocupación con la imagen de la masculinidad negra dentro de la cultura occidental, donde verdaderamente desafía una noción de masculinidad que no permite ningún espacio para la vulnerabilidad. Cuando los sujetos son pintados a una escala de valla publicitaria y los vemos por arriba de nosotros, realmente imponentes, es cuando la idea de su sufrimiento, su dolor, su padecer o su muerte automáticamente se proyectan hacia un contexto más amplio.
ABRAM JACKSON: A propósito, tal vez note que los títulos de muchas de las obras de arte comienzan con el nombre de la pieza ―por ejemplo, esta es Mujer mordida por una serpiente, en francés― después aparece otro nombre entre paréntesis: ese es el nombre de la persona que posó para Wiley para esa pintura o escultura en particular. Aquí, Mamadou Gueye es quien posó para esta y otras obras de arte. Wiley pasa mucho tiempo en África Occidental, por lo que muchos de sus modelos para las obras de esta exposición, como Gueye, son senegaleses.
Cuando termine de visitar este espacio, pase por la entrada a su izquierda. Nuestra próxima parada estará frente al cuadro más grande de la sala, aquel que muestra a una joven acostada sobre un césped verde y hojas.