Hace 9 años, unos señores llegaron a su casa e intentaron cambiar la cerradura. Informaron a María José que el edificio en el que vivían había sido comprado por un fondo buitre y que tenía que abandona su casa, aquella a la que había accedido gracias a un alquiler social acordado con la empresa pública VISOCAN. Casi una década después, VISOCAN dice que la solución es inminente, cuestión de días. ¿Se lo creen las 14 familias afectadas del edificio ALOE II de El Fraile, en el sur de Tenerife?