Francisca Ballesteros, más conocida como la envenenadora de Melilla, nació en Valencia en 1969. Entre 2003 y 2004 acabó con la vida de su hija de 15 años y de su marido. Ambos fueron envenenados con un medicamento contra el alcoholismo a manos de quien mas querían. Francisca, aunque parecía una madre abnegada y la mejor madre y esposa, ocultaba una doble vida. Ella, que apuntaba a su marido como el problema, vivía una falsa realidad en internet donde llego a estar comprometida con otro hombre.