A ti te gustan las buenas noticias. 

Y esta es la esencia del evangelio. Todo lo bueno es anunciado en la Persona de Jesús.

Él mismo rasgó un velo que separa la dimensión natural de la espiritual. Depende de ti cruzar y reencontrar el reino al que perteneces. Tu espíritu tiene la habilidad natural de entrar a este lugar santo para tomar de los rollos de revelación y traer una manifestación al mundo. 

¿A qué se parece una vida desde el otro lado del velo? Juan dejó en claro que hay todo un mundo que redescubrir. Él era un hombre de revelación reconocido en el reino de los cielos. Sus encuentros te hablan de la vida que opera en esa dimensión. La invitación está.

¡Cruza el velo! Tu historia con Dios se desarrolla allá arriba.