De la mano de Selene, que es una diosa rompecorazones, la Grieguería de hoy nos enseña los mil y un usos de la preposición griega apo- y los parientes lejanos de nuestra luna, al tiempo que nos desvela por qué aburrirse significa literalmente "apartarse del horror" y nos descubre que a veces, sin querer, hablamos ruso.