Nadie nos enseña cómo amar bien. Llegamos al amor cargando heridas, miedos y expectativas irreales. Este manifiesto no promete relaciones perfectas, pero sí más humanas. Habla de perdón, humor, vulnerabilidad y límites. De todo lo que necesitamos cuando queremos quedarnos, pero también cuidarnos. Porque ser adultos en el amor no significa no temer, sino aprender a amar… incluso con todo el miedo encima.