La falta de independencia de Nisman en el armado de la causa, quedó documentada definitivamente a partir de su suicidio. La dependencia del fiscal de los gobiernos de Estados Unidos e Israel y el papel que jugó Jaime Stiuso, conformaron un muy difícil cuadro de situación geopolítico, que se agudizó tras la firma del Merorándum con Irán.