Muchas veces se menciona un siervo o sierva de Dios que es usado como instrumento para impartir milagros y sanidades pero luego vienen los religiosos y se molestan cuando se menciona tal persona. En Jesucristo sabemos que no somos más que una vasija de barro porque la excelencia le pertenece a Dios. Sin embargo, en la Biblia vemos como se mencionan los nombres de aquellos siervos, no para gloria de Dios sino para gloria de Dios y honra a aquellos que buscan el rostro de Dios. Hoy veremos como lidiar y hasta donde trazar la linea en reconocer al hombre de Dios. Bendiciones!!

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